Restaurar es más que darle vida al pasado, es preservar la memoria en el presente y mantener el patrimonio para el futuro

domingo, 25 de abril de 2010

Limpieza de cerámicas

Cuando se poseen cerámicas de colección, es importante realizar un adecuado proceso de limpieza y protección.

He visto muchas veces las cerámicas al lado de lámparas, candeleros, en chimeneas o sitios donde corren riesgos de afectarse con los cambios de temperatura frecuentes, golpes accidentales, y otros más. 


En primer lugar, tener en cuenta el tipo de cerámica que se ha adquirido, si es una réplica, o un original (precolombina), se debe disponer un sitio seguro, ya sea en una vitrina para las piezas valiosas, o en lugares lejanos a las áreas de circulación.


En segunda instancia, evitar las fuentes de calor directas a las mismas, ya que la cerámica puede comenzar a presentar grietas debido a estos cambios de temperatura, esto incluye, el sol. 


Tener en cuenta también la estabilidad de la misma pieza para su soporte en plano: si la base es curva, ayuda mucho colocar un disco de madera pulida para darle una mejor área de apoyo y evitar caídas.


Finalmente, para limpiarlas, no usar trapos abrasivos, ni líquidos.  He escuchado que usan ceras, betúnes para mantener el brillo, e inclusive agua y jabón con cepillo para retirar el polvo que se acumula.  Esto agrede la superficie, además de alterar su composición.  El exceso de humedad genera movimientos de las sales que componen las cerámicas y con el tiempo, grietas, fracturas y otros daños como pérdida de la decoración en el caso de aquellas que tienen pintura.    Lo adecuado, es limpiarlas con brochas muy suaves, para ello, los pinceles de pelo natural, o las brochas de maquillaje son lo suficientemente delicadas para realizar el mantenimiento sin dañar la superficie de la cerámica.