Por Belyamyra Mantilla y Graciela Mascareño
División de Conservación de Colecciones, Centro Nacional de Preservación Documental, Biblioteca Nacional de Venezuela, Centro Regional IFLA-PAC para América Latina y El Caribe.
La política de preservación de colecciones documentales en países de América Latina con clima tropical requiere innumerables esfuerzos a fin de obtener avances orientados a la protección y mantenimiento de las obras. La realidad de la preservación del patrimonio documental en estos casos, entremezcla aspectos relacionados tanto con las condiciones climáticas propiamente dichas, como con aspectos de orden económicos financieros particulares que se presentan en estos países, lo que da como resultado un alto grado de dificultad en el desarrollo de las funciones, tareas y actividades del profesional de la preservación.
El clima tropical trae de manera intrínseca la posibilidad de crecimiento y desarrollo de innumerables microorganismos e insectos, atraídos por unas condiciones ambientales generosas en humedad y temperaturas cálidas y una flora compuesta por una abundante variedad de plantas. En el caso específico de Venezuela, la presencia de un clima húmedo, con niveles constantes de temperaturas elevadas e incidencia de luz solar acentuada, deriva en ambientes propicios para el crecimiento y desarrollo de la actividad biológica, aunado a esto encontramos deficientes condiciones de almacenamiento, tomando en cuenta que las edificaciones, depósitos, mobiliario, iluminación, artificial, etc., en ocasiones van en función de los recursos económicos existentes, pero en detrimento de las colecciones.
Esta situación obliga al conservador a pasearse por un amplio abanico de posibilidades de acción en función de las necesidades presentes en las colecciones y los recursos existentes, los cuales en la mayoría de los casos resultan insuficientes para abordar a cabalidad los problemas surgidos.
Las acciones comprenden desde la prevención hasta la atención detallada. En este sentido, el Centro Nacional de Preservación Documental aborda la tarea de preservación de documentos desde diferentes perspectivas, ya que en muchos casos el apego a los estándares internacionales establecidos en cuanto a parámetros ambientales, almacenamiento y manipulación es imposible, si tomamos en cuenta el crecimiento acelerado de las colecciones, las cuales muchas veces son ubicadas en espacios reducidos e inadecuados, donde los sistemas de aire acondicionado presentan deficiencias por obsolescencia, no cuentan con el mantenimiento de la ductería y los filtros y generan elevados costos para su reparación y sustitución, trayendo como consecuencia problemas de acumulación de polvo y agentes contaminantes que se ven favorecidos por el aumento de los niveles de contaminación ambiental externos debido, entre otros factores, al crecimiento del parque automotriz y la cercanía a las industrias. Todos estos factores anteriormente descritos inciden desfavorablemente en el estado de conservación de las colecciones de la Biblioteca Nacional.
¿Qué resulta prioritario en estos climas?
En los inicios del Centro Nacional de Preservación Documental, se abordó la conservación desde la necesidad de capacitación y entrenamiento en almacenamiento, manipulación y tratamiento de obras de manera particular, se logró la instalación de los talleres, el establecimiento de normas, la elaboración de planes de actuación ante siniestros, se analizaron las colecciones a fin de determinar los tipos de soporte y los daños más frecuentes, de esta manera queda establecida la política de resguardo de las colecciones. No obstante, el acelerado crecimiento de las colecciones y el reducido número de especialistas en el área generan limitaciones en el desarrollo de las actividades, lo que obliga a orientar hacia la preservación la atención de las colecciones, a fin de mantenerlas y prevenir futuros daños.
Se asume una política de preservación enfocada en la detección de irregularidades en los depósitos de las colecciones, sin dejar de realizar los tratamientos de conservación a aquellas obras que por su valor e importancia histórica lo requieren.
Se hace hincapié en:
· La medición y control de los parámetros ambientales (temperatura y humedad relativa), con especial énfasis en la obtención de valores que se acerquen a los recomendados, pero sobre todo procurando que exista el menor grado de fluctuación en estos valores;
· La realización de limpiezas periódicas de las colecciones y depósitos, para lo que se crea en el año 2004, la figura de los obreros de conservación, personal entrenado especialmente para la limpieza de las colecciones;
· La generación de un sistema forzado de circulación del aire, mediante el uso de ventiladores y deshumidificadores, lo que en conjunto evita la formación de microclimas favorables a los microorganismos que pueden afectar seriamente los documentos.
· La elaboración de protectores en materiales con calidad de archivo, químicamente estables y desarrollados de acuerdo a la necesidad y dimensiones de cada documento.
Un ejemplo: la Colección Fotográfica del Siglo XIX del Archivo Audiovisual de Venezuela de la Biblioteca Nacional
Un ejemplo que permite pasearnos por un escenario de posibilidades de acción determinadas en función de las necesidades presentes y los recursos existentes, es la Colección Fotográfica del Siglo XIX perteneciente al Archivo Audiovisual de Venezuela de la Biblioteca Nacional.
Las fotografías son estructuras complejas desde el punto de vista físico y químico, ya que son muy diversos los materiales y procesos utilizados en su elaboración. Nuestra colección está conformada por daguerrotipos, ferrotipos, negativos en placa de vidrio, copias de albúminas, copias de gelatina y colodión, copias en blanco y negro de gelatinas, álbumes, entre otros; de allí la complejidad en la aplicación de la política de preservación,
por lo que se hace necesario establecer las medidas para el control de deterioro a través de la atención primordial de los siguientes factores:
• Temperatura.
• Humedad relativa.
• Contaminación atmosférica.
• Luz.
• Mecanismos de prevención contra insectos y microorganismos.
• Duplicación de los originales en otros soportes que garanticen mayor estabilidad de la información.
• Un sistema de organización y catalogación que redunde en mayor acceso a la información y menor manipulación.
• Las revisiones periódicas y detalladas de los depósitos y las colecciones.
Esta colección permanece almacenada en un depósito que cuenta con un sistema de aire acondicionado que presenta una serie de deficiencias relacionadas con las descritas anteriormente, por lo que el mayor reto enfrentado han sido las fluctuaciones en los niveles de temperatura y humedad relativa que favorecen los cambios químicos y mecánicos en los ejemplares, produciendo alteraciones y deterioro en su estructura, sufriendo transformaciones en los soportes, expansión, contracción y reblandecimiento de la emulsión.
Para suavizar el impacto de estos factores, se procura mantener el ambiente con temperaturas entre 18ºC y 20ºC, valores que no han resultado tan difíciles de alcanzar y mantener durante la mayor cantidad de tiempo.
Para enfrentar la tendencia a la elevación de los porcentajes de humedad relativa que favorece la condensación del vapor de agua, nos hemos apoyado en la medición permanente de parámetros ambientales, la utilización de los deshumidificadores, la colocación de la colección en estanterías metálicas abiertas, ubicadas en la zona central del depósito, de manera de favorecer la circulación natural del aire, evitando la formación
de bolsas de aire húmedo; así como, el almacenamiento de las obras en diferentes protectores y contenedores.
Para minimizar el impacto de las radiaciones lumínicas, se procura que en los depósitos los niveles de luz no excedan los 100 lux, además de que el almacenamiento permanente de las obras dentro de las cajas o contenedores evita su exposición a los rayos y las protege del polvo.
Como medida de preservación, orientada a evitar la excesiva manipulación de los originales, se decide realizar tres copias de cada ejemplar e incluir en el catálogo una copia de menor tamaño, que permite al usuario, una vez que accede al fi chero, visualizar la imagen y seleccionar lo que es de su verdadero interés. Adicionalmente, se digitalizan las imágenes con la finalidad de crear un catálogo digital.
Para sustituir los envoltorios de acetato en los que permanecían almacenados los negativos, los cuales presentaban signos de deterioro, se diseñaron fundas de papel con alto contenido de celulosa, de pH neutro, libres de lignina, de reserva alcalina y de partículas metálicas.
Para las fotografías se diseñaron fundas individuales elaboradas con película de poliéster (tereftalato de polietileno). La selección de este material se basó en primer lugar en su estabilidad química, ya que de acuerdo a estudios realizados presenta pocos signos de degradación con el tiempo; garantiza la estabilidad de los ejemplares cada vez que son consultados, pues minimiza el impacto que crea la constante manipulación, evitando el rastro de huellas, además ofrece resistencia mecánica y provee a cada ejemplar de un soporte físico y al mismo tiempo, al tener un alto nivel de transparencia, permite visualizar la imagen, sin necesidad de que la obra sea retirada del protector. Estos protectores pueden ser realizados bien sea con dos láminas de poliéster o con una lámina de poliéster en el anverso y una cartulina de pH neutro en el reverso, lo cual constituye un soporte adicional para ejemplares muy delicados.
Otra medida que se ha aplicado paulatinamente, es el montaje de las obras en paspartú, elaborados con cartón químicamente estable, 100% trapo y de pH neutro.
Se elaboraron estuches rígidos para las placas de vidrio y en el caso de los daguerrotipos se realizó una revisión de su estructura para constatar que se encontraban debidamente sellados, ya que el signo más común de su deterioro es la sulfuración de la plata debido a la acción corrosiva de agentes contaminantes, tales como el ácido sulfídrico y el dióxido de azufre, produce degeneración, lo que puede ocasionar su completa desaparición, por ende la imagen no debe estar sometida a contacto físico alguno y la manera correcta de resguardarla es mantenerla sellada y protegida con un vidrio.
Para el resguardo de los ferrotipos se diseñaron contenedores con una base rígida de cartón neutro que funciona como soporte y entre el original y el vidrio un espaciador para evitar roces. En el caso específico de los álbumes se aplican diferentes acciones dependiendo de los daños que presentan, haciendo uso de cajas de cartón con calidad de archivo para su almacenamiento; intercalando hojas de papel neutro que funcionan como barrera ante agentes agresores externos y en aquellos casos en que los segundos soportes representan un riesgo para la fotografía, se toma la decisión de sustituir la estructura y elaborar una nueva con materiales con calidad de archivo.
La confección y utilización de contenedores deben establecerse como una actividad esencial, debido a que estos funcionan como un medio protector ante los agentes de deterioro externos, de allí que previamente se debe analizar la naturaleza de cada obra para decidir el tipo de protector que se va a elaborar, su funcionalidad y los materiales a utilizar.
Otro aspecto esencial es la formación y entrenamiento del personal en procedimientos y técnicas de manipulación, ya que gran parte del deterioro de las colecciones obedecen a la incorrecta manipulación por parte del personal y los usuarios, bien sea por desconocimiento o descuido.
Para que exista una política de preservación es indispensable que las instituciones entiendan la responsabilidad que representa asumir el resguardo de las colecciones, las cuales son testimonios fehacientes de nuestra historia, por lo tanto debe existir el compromiso de generar un plan y velar por la implementación y el respeto de éste.
Fuente:
Revista: “International preservation News”; Nº 54. Agosto 2011. pp 38-39