Investigación publicada en la revista Science
Un cráneo de 1,8 millones de años, descubierto en 2005, sugiere que los primeros homínidos que poblaron el planeta pudieron pertenecer no a diferentes especies sino a una sola.
Por: Agencia de Información y Noticias Científicas
Foto: EFE
Imagen de un cráneo de 1,8 millones de años descubierto en Georgia en 2005, en el Museo Nacional de Georgia en Tbilisi“Realizamos análisis exhaustivos de la morfología de los cinco individuos encontrados en el yacimiento de Dmanisi. Las diferencias entre todos ellos no son más extensas que las diferencias entre cinco Homo sapiens, cinco chimpancés o cinco bonobos. Todos los individuos encontrados en este yacimiento pertenecen a una misma especie, y el cráneo 5 es uno de ellos”, declaró la investigadora boliviana Marcia Ponce de León, coautora de la investigación y científica de la Universidad de Zúrich (Suiza).
Esto indica que los miembros más primitivos del género Homo, clasificados como Homo habilis, Homo rudolfensis y Homo erectus, podrían pertenecer a la misma especie. Solo serían diferentes en su apariencia exterior.
“Por lo visto hay un malentendido en lo referente a la clasificación del géneroHomo. En nuestra publicación nos referimos al periodo alrededor de 1,8 millones de años, y postulamos que entonces solo existía una especie de este género. Homo floresiensis, que existió hace entre 38.000 y 18.000 años, y Homo neanderthalensis (150.000-30.000 años) son mucho más jóvenes. Australopithecus representa otro género. En el caso de Homo habilis no hay una buena definición de la especie ya que los restos fósiles que se clasifican en este grupo son muy fragmentarios y escasos. Esto ha originado una discusión controvertida que aún continua”, añade la experta.
En su conjunto, los hallazgos muestran que los primeros representantes del género Homo comenzaron a expandirse desde África a través de Eurasia hace 1,85 millones de años.
El cráneo 5 pertenece a la época del Pleistoceno inferior. Es único porque, hasta la fecha, es el más completo de ese periodo de la evolución. No tiene deformaciones y todos los huesos todavía están asociados a través de las suturas.
“Adicionalmente, tiene una morfología inesperada. El cerebro es pequeño, con una capacidad craneal de 546 cm3. La cara es grande y prominente, y los dientes también son grandes”, apunta la investigadora. Esta combinación de rasgos era desconocida hasta el momento.
El yacimiento solo ha sido excavado parcialmente, pero supone la primera oportunidad para que los investigadores comparen y contrasten rasgos físicos de múltiples ancestros humanos que al parecer coincidieron en el mismo espacio y tiempo geológico.
Según Christoph P.E. Zollikofer, antropólogo de la Universidad de Zúrich que también participa en el estudio, la razón por la que el cráneo 5 es tan importante es que une las características que antes se habían utilizado como argumento para definir diferentes especies de Homo.
“Si hubiésemos encontrado la cavidad craneal y el rostro como fósiles separados, muy probablemente habrían sido atribuidos a dos especies diferentes”, añade Zollikofer. Para Ponce de León “también es decisivo que tenemos cinco individuos bien conservados que sabemos que han vivido en el mismo lugar y al mismo tiempo”.
Seguimiento evolutivo del Homo erectus
La diversidad dentro de una especie es por lo tanto la regla y no la excepción. Estos resultados están apoyados por un estudio adicional publicado recientemente en la revista PNAS.En ese estudio, Ponce de León, Zollikofer y otros investigadores muestran que las diferencias en la morfología de la mandíbula entre los individuos de Dmanisi se deben principalmente a las diferencias en el desgaste dental.
“Esto demuestra la necesidad de un cambio de perspectiva: los fósiles africanos de 1,8 millones de años probablemente son los representantes de una misma especie, mejor descrita como Homo erectus”, explican los científicos.
Esto sugeriría que el Homo erectus evolucionó hace unos 2 millones de años en África, y pronto se expandiría a través de Eurasia, donde se documentó por primera vez hace unos 1,2 millones de años.
Comparar los patrones de diversidad en África, Eurasia y Asia Oriental proporciona pistas sobre la biología de la población de esta primera especie humana global. Esto convierte al Homo erectus en el primer “actor global” en la evolución humana. Su redefinición ofrece ahora la oportunidad de seguir esta especie humana fósil en un lapso de tiempo de 1 millón de años.