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sábado, 14 de septiembre de 2013

Indígenas, entre el hambre, la violencia y el olvido

http://www.eltiempo.com/politica/analisis-de-la-poblacion-indigena-en-colombia_12986822-4

Indígenas, entre el hambre, la violencia y el olvido
35 pueblos indígenas de Colombia están en inminente riesgo de desaparecer física y culturalmente.

Expertos aseguran que los nativos colombianos están hoy más pobres que durante la Conquista.

Según la Corte Constitucional, 35 pueblos indígenas de Colombia están en inminente riesgo de desaparecer física y culturalmente.
Gabriel Muyuy, director del Programa Presidencial para los Pueblos Indígenas, dice que la situación es “crítica, crítica por la falta de seguridad alimentaria; por la presencia de los actores armados ilegales en sus territorios; por los cultivos ilícitos y el narcotráfico; por la débil presencia institucional; porque los proyectos de política pública no llegan con fuerza, y crítica también porque cuando los fenómenos naturales los afectan, su lejanía (geográfica) dificulta una atención rápida”.
Juvenal Arrieta, secretario general de la Organización Nacional Indígena (ONIC), definió la situación de los indígenas en el país como “preocupante, invisible e invisibilizada”, además subrayó que en el 2009 “la Corte Constitucional dijo que hay 35 pueblos que se encuentran en inminente riesgo de desaparecer física y culturalmente”.



Los pueblos indígenas colombianos enfrentan un riesgo transversal: el conflicto armado, del que en muchas ocasiones parecen ser invisibles a los ojos de muchos colombianos. Sin embargo, los acechan otras amenazas como la falta de seguridad alimentaria y el riesgo de que se desvanezca su cultura.
Las mayores dificultades en materia de seguridad alimentaria las padecen, especialmente, los niños de los pueblos los Emberá y Wounaan, de la región del Chocó, donde si la desnutrición no los mata, reduce su capacidad física e intelectual de por vida.
En el departamento de La Guajira, en Uribia y Manaure, los problemas alimentarios de los Wayúu se combinan con la falta de agua. En la Amazonia, en el Caquetá, los Coreguajes también afrontan dificultades en materia alimentaria.
Las cifras escasean. En los reportes oficiales casi nunca hay datos actualizados, en buena medida porque cuando mueren los niños indígenas, simplemente son enterrados en algún potrero. No hay acta de defunción.
Pero no es solo la violencia y el hambre lo que afecta a los pueblos nativos. Entre las grandes tragedias que viven se encuentran el desvanecimiento gradual de su cultura y lengua. Los más propensos son los que tienen pocos integrantes en la Orinoquia y la Amazonia, los cuales corren un alto riesgo de ser afectados en sus valores culturales.
Según Muyuy, 56 pueblos indígenas de la Amazonia “corren el riesgo de ser ‘aculturados’ y perder sus valores lingüísticos y culturales que milenariamente han conservado”. Sobre todo los que habitan en la Zona Andina.
En cuanto a los riesgos de seguridad, el senador indígena Marco Avirama considera que estos pueblos al vivir en zonas de tránsito de “la guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico”, están “entre la espada y la pared”. “La guerrilla los acusa de ser informantes del Ejército, mientras que la tropa los acusa de ser colaboradores de los guerrilleros”.
El asunto es muy simple. Cualquiera de estas comunidades, que siempre viven en zonas alejadas, están a merced de los armados. Por eso, son víctimas frecuentes del reclutamiento, las amenazas, los asesinatos y el desplazamiento.
Avirama denunció que incluso en Puerto Inírida (Guainía), los nativos han sido víctimas, en los últimos meses de los abusos cometidos por la Guardia Nacional Venezolana. Según él, solo hace dos semanas asesinaron a un hombre y violaron a tres mujeres en el territorio colombiano, tema denunció ante la Cancillería.
El presidente de la Onic planteó “tres razones estructurales” –basado en lo dicho por la Corte Constitucional– para que el 34 por ciento de los pueblos indígenas colombianos se encuentren en peligro de desaparecer, junto a sus conocimientos ancestrales: “el conflicto armado con sus manifestaciones –el desplazamiento, las minas antipersona, restricción a las libertades políticas, aspersiones con glifosato, violencia sexual y el desplazamiento, entre otros–”.
En segundo lugar, “el empobrecimiento estructural” de estás comunidades. “Las Naciones Unidas dicen que los indígenas no son pobres sino empobrecidos por falta de oportunidad; hay regiones donde no conocen una escuela, ni un enfermero, hay zonas donde están prácticamente a su suerte”, señaló Arrieta. Y además recalcó que “donde están los centros educativos o de prestación de servicios hospitalarios no se reconoce la diferencia cultural”.
En tercer lugar está “el modelo de desarrollo económico y la presencia de transnacionales en zonas indígenas de manera inconsulta. Es una situación preocupante e invisible”, concluyó el líder indígena.
El Gobierno y los pueblos
Este 9 de agosto, el presidente Juan Manuel Santos agradeció los aportes hechos por los pueblos indígenas al desarrollo y la construcción de la sociedad, y recordó que el año pasado, con motivo de esta celebración, “destacamos los ajustes institucionales que adelantamos en nuestro gobierno para transitar el camino señalado por nuestra Constitución Política y la normatividad internacional en materia de protección y garantía de los derechos fundamentales, colectivos e integrales de los pueblos indígenas en el país”.
En efecto, el Gobierno Nacional está implementando lo acordado en el Plan Nacional de Desarrollo, en concertación con los pueblos indígenas del país, en materia territorial, cultural, de educación y de autonomía.
En lo cultural está el compromiso de concretar el Sistema Educativo Indígena Propio (Seip), que les permita administrar la educación de los pueblos. En materia de salud, trabajan en el proyecto del Sistema Indígena de Salud Propia Intercultural.
“Algo muy importante es sacar adelante la política integral para los pueblos indígenas del país, igualmente en materia territorial está el compromiso, y se viene trabajando arduamente con el Incoder, para sacar adelante el plan de tierra y territorio de los pueblos indígenas”, aseguró el director del Programa Presidencial para los Pueblos Indígenas.
En materia de autonomía, los ministerios de Interior y de Justicia trabajan para reglamentar la coordinación de la jurisdicción especial indígena y la ordinaria.
En cuanto a las víctimas, “se viene haciendo todo el esfuerzo para la implementación del decreto ley 4633 del 2011, que tiene que ver con la atención y reparación de las víctimas del conflicto armado en Colombia”, dijo Gabriel Muyuy.
Como se aprecia, hay varias iniciativas del actual Gobierno en ejecución, que deberían estar listas antes de que concluya el periodo para bien y reconocimiento de los pueblos indígenas que habitan en Colombia.
De hecho, el 9 de agosto Navi Pillay, alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, llamó a los estados a trabajar más para honrar y fortalecer los tratados que sostienen con los pueblos indígenas, sin importar hace cuánto tiempo los hayan firmado.
“Incluso si fueron firmados o ratificados hace más de un siglo, muchos tratados siguen siendo la piedra angular de la protección de la identidad, la tierra y las costumbres de los pueblos indígenas, determinando la relación que tienen con el Estado. Por ello son altamente significativos para los derechos humanos hoy,” dijo la alta comisionada.
El día de los indígenas
Cada 9 de agosto los pueblos indígenas se hacen visibles para recordarle al mundo que se encuentran entre los grupos humanos más desfavorecidos. El Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hace homenaje a los más de 370 millones de indígenas que hay en la tierra que constituyen 5.000 pueblos, de los que 670 son de América Latina y 102 habitan en Colombia.
Si bien este día fue establecido hace 19 años (en 1994), para recordar a los gobiernos y la sociedad su responsabilidad frente a la supervivencia y protección de su riqueza cultural, la situación en que viven no ha cambiado y, de hecho, el relator especial de las ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, James Anaya, exhortó a los gobiernos a respetar los acuerdos con estos pueblos y a enfrentar los "errores históricos" cometidos en contra ellos.
REDACCIÓN POLÍTICA